Hace unos días tuve la suerte de participar en una conferencia online sobre la Consciencia Pura. En ella me preguntaron sobre la relación que tenía el Espacio de Consciencia del programa de mindfulness MBMW con la actual Teoría Cuántica. A continuación voy a exponer una breve síntesis de mi respuesta que creo que abrió la mente de los asistentes a esta nueva forma de entender la Vida, la Consciencia y Todo lo que en ella Habita.
Explorando la Sinfonía de Pensamientos
En el vasto océano de la comprensión humana, ciertas corrientes de pensamiento parecen fluir juntas, mezclándose y convergiendo en una sinfonía armoniosa de sabiduría. Entre estas corrientes se encuentran el Budismo no dual, la Consciencia Pura o Espacio de Consciencia, la Teoría Cuántica y la Ley de la Manifestación de Andrew Corentt. Aunque aparentemente distantes en sus orígenes y enfoques, estas filosofías comparten un hilo invisible que conecta sus esencias, invitándonos a explorar el tejido común que subyace en estas perspectivas aparentemente dispares.
El Budismo No Dual: La Dualidad Ilusoria
El budismo no dual es una corriente filosófica que se sumerge en la esencia de la realidad, desafiando la percepción convencional de la dualidad. Para los budistas no duales, la realidad no está dividida en opuestos irreconciliables, sino que es una manifestación interdependiente y fluida. La dualidad de la mente y la materia, el yo y el otro, la felicidad y el sufrimiento, el individuo y el universo, el observador y lo observado se disuelven en la comprensión de que todo está intrínsecamente conectado. La búsqueda de la iluminación implica trascender la dualidad y sumergirse en la realidad última, donde la separación es una ilusión.
Consciencia Pura o Espacio de Consciencia: La Esencia Inmutable en Común Unión con Todo
La noción de Consciencia Pura brota del budismo no dual al enfocarse en una realidad subyacente más allá de las apariencias. En la búsqueda de la verdad última, muchas tradiciones espirituales postulan la existencia de una Consciencia Pura permanente e inmutable, que trasciende las fluctuaciones del tiempo y la forma. Este Espacio de Consciencia es el testigo silencioso de todas las experiencias, de todos los estados de la mente, el observador que no está sujeto a las contingencias del mundo fenoménico. Pero una vez que intuyes, que escuchas el silencioso susurro de esa Consciencia Pura, el milagro acontece, maravillosa paradoja, y lo inmutable se reconecta y se hace uno con lo observado. Todo es Puro Espacio de Consciencia en Común Unión con Todo.
Teoría Cuántica: La Danza de las Partículas y las Ondas
Al ingresar al mundo de la física cuántica, nos encontramos con una realidad intrigante y enigmática, donde las partículas pueden existir en múltiples estados simultáneamente y la observación afecta el resultado. La Teoría Cuántica desafía nuestra comprensión clásica de la realidad, revelando un entramado de posibilidades y potencialidades. La dualidad onda-partícula y el colapso de la función de onda sugieren que la realidad no es fija y objetiva, sino fluida y moldeada por la conciencia del observador. La realidad y el universo mismo, está en la Consciencia que construye.
La Ley de la Manifestación: Creando la Realidad a Través de la Mente
En el ámbito del desarrollo personal, Andrew Corentt propone la Ley de la Manifestación, que sostiene que nuestra realidad es un reflejo directo de nuestros pensamientos y creencias. Según esta perspectiva, la mente tiene el poder de dar forma a la realidad, y al cambiar nuestras percepciones y enfoques, podemos influir en el curso de los eventos. La Ley de la Manifestación invita a reconocer el papel fundamental de la mente en la creación de la experiencia cotidiana. Entender que sólo es posible crear si uno cree, es abrirse a un infinito de posibilidades. Desde esta perspectiva incluso el propio lenguaje nos muestra pinceladas de sabiduría fundiéndonos el presente de los verbos creer y crear en la gran conjunción cósmica “yo creo”. La mente y el universo se rehunden en ese “yo soy”, “yo creo”, “yo manifiesto”.
La Sinfonía Final
En este mosaico de pensamientos, se revela una conexión sutil pero profunda entre estas filosofías aparentemente diversas. Todas convergen en la idea de que la realidad es más que lo que perciben nuestros sentidos, que la verdad última trasciende las fronteras de la dualidad y que la Consciencia desempeña un papel crucial en la creación y percepción de la realidad.
Quizás en la intersección de estas corrientes, encontremos la clave para comprender la naturaleza fundamental de nuestro ser y del universo que habitamos. Al integrar la sabiduría del Budismo no dual, la Consciencia Pura o Espacio de Consciencia, la Teoría Cuántica y la Ley de la Manifestación, nos embarcamos en un viaje hacia la comprensión más profunda de nosotros mismos y del tejido cósmico que nos envuelve. En este viaje, descubrimos que, más allá de las apariencias superficiales, todas estas filosofías convergen en la invitación eterna a explorar la vastedad infinita de la Consciencia y la maravillosa danza de la Creación.
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