Una buena gestión emocional nos permitirá reconocer con claridad una emoción, saber por qué está ahí y dar respuesta a la emoción con acciones que no generen más sufrimiento.
Las emociones se desencadenan ante estímulos, el problema es que, en muchas ocasiones, esos estímulos no son reales.
Desde el programa MBMW trabajamos con las emociones a dos niveles. A nivel cognitivo conductual y a nivel fisiológico y endocrino.
A nivel cognitivo conductual trabajamos con las meditaciones del nivel I y II. Pero, además, añadimos en el nivel III la meditación basada en la Atención Plena Dirigida o Metacognitiva. La emoción viene precedida de un pensamiento, de ahí la importancia de mindfulness en la restructuración cognitiva. Con las meditaciones del nivel I y II nos reencontramos con la serenidad, ecuanimidad y lucidez ante cualquier contenido mental, incluidos los pensamientos y las emociones.
A nivel fisiológico y endocrino las emociones tóxicas producen el “secuestro de la amígdala” generando una respuesta del cuerpo excesiva: tensión muscular, aumento de la presión arterial, ritmo respiratorio acelerado, etc. Pero además, produce un incremento de cortisol, norepinefrina y adrenalina. En las meditaciones del nivel III empezamos con las meditaciones basadas en las Sensaciones del Cuerpo (nivel fisiológico) y continuamos con las meditaciones basadas en la Atención Bondadosa (niveles cognitivo conductual y endocrino). Estas meditaciones generan serenidad, ecuanimidad, pero, también, oxitocina, dopamina y serotonina que contrarrestan el poder que ejerce la amígdala.
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