Explicación del capítulo 1 del Nivel II del libro «De la Atención Plena al Espacio de Consciencia»

El silencio interior tiene su origen en las meditaciones de corte hinduista, es lo que suele llamarse «dejar la mente en blanco». Lo diferente entre el programa MBMW y las meditaciones hinduistas es que ese silencio no se busca, tan sólo somos conscientes del silencio cuando habita en nosotros. Luego contamos con dos grandes diferencias: no es el objetivo de la meditación y lo importante es tomar consciencia de cuándo llega a nosotros para abrirnos a él.

El silencio consciente se puede trabajar en cualquiera de los cinco niveles.

  1. Nivel I: Al bajar de la mente al cuerpo con cualquier meditación basada en la concentración, nos serenamos, paramos el piloto automático, los pensamientos van cesando y nos concentramos en el cuerpo, el movimiento o la respiración, acercándonos sin querer al silencio consciente. El estado de serenidad es la antesala del estado de quietud o silencio consciente.
  2. Nivel II: en este nivel somos conscientes del ir y venir de los contenidos mentales en el Espacio de Consciencia. Y en esta toma de consciencia, nos damos cuenta de que los pensamientos son impermanentes. Cuando estos pensamientos se van, el silencio que se genera es hermoso pues sentimos el goce de dejar de pensar, de dejar reposar la mente. Este silencio nos llena de quietud, serenidad, abriéndonos a la realidad con lucidez, invitándonos a vivir el aquí y el ahora. Es decir, estamos trabajando el silencio con meditaciones basadas en la atención plena.
  3. Nivel III: Además, cuando experimentamos el silencio consciente, no sentimos apego hacia lo agradable, no evitamos lo desagradable, simplemente nos abrimos a la vida, que en su perfecta imperfección es siempre y genuinamente hermosa. Y este conectarte con la vida, con el universo, nos reconecta con lo observado abriéndonos al mundo exterior donde la compasión y la gratitud serán las notas de esa sinfonía del silencio consciente que resonarán en nuestro Espacio de Consciencia e inundarán todo cuanto toquemos: familia, compañeros, trabajo, etc.
  4. Nivel IV: El silencio consciente se tornará aún más poderoso. Descubriremos que la mente, libre de ruido, encuentra la verdad de forma cristalina. Esa majestuosa lucidez que nos permitirá encontrar respuestas sin razonamiento alguno (insight). La neuroplasticidad de la meditación basada en el silencio consciente nos llevará a la restructuración cognitiva, a vivir de otra manera. En esencia, pasar de pensar en la vida, a vivir la vida en cada presente que nos ofrezca el universo. Pero además, descubriremos que el silencio va siempre con nosotros, es ese Espacio de Consciencia donde todo habita. Los instructores deben recordar que se puede experimentar el Espacio de Consciencia desde las meditaciones del cuarto nivel (meditación de la casa o o el cubo) o experimentando, simplemente, el silencio consciente. Ese silencio, genuino vacío, verdadero Espacio de Consciencia que resulta igualmente permanente, dejando de ser un simple estado de quietud, para pasar a convertirse en el Yo más Profundo o Consciencia Pura de la que hablaban los budista no dualistas.
  5. Nivel V: Ese silencio atronador y consciente permitirá que toda nuestra existencia sea Espacio de Consciencia y en todo nos descubriremos sin apego, ni aversión. No habrá diferencia entre dentro y fuera, entre observador y observado. El bienestar físico y mental (Mental Wellness o Bliss) amanecerá en nuestro Espacio de Consciencia y permanecerá siempre en nuestra vida, acunando con una sonrisa el devenir de nuestra existencia y la de todo lo que en el universo habita, porque todo vive en nosotros y en nosotros se muestra.

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